lunes, 9 de septiembre de 2013

Fiesta

“Bueno pues Toño ya está muerto, él tuvo la culpa, si no me hubiera robado a Lorena aún estaría vivo y festejando en mi fiesta”. “Yo no quería matarlo, sólo quería hablar con él allá abajo, fue cuando lo vi distraído y lo empujé, ahora alguien se dará cuenta de que hay un muerto en la cisterna, iré a la cárcel”. “Pero Lorena era mi novia, él no debía haberme engañado y traerla a mi casa para burlarse de mí”. “Debo regresar a la fiesta, si me preguntan por Toño diré que no lo he visto”.

Julio entra a casa y al pasar junto a Lorena, sonríe, ella le corresponde y le pregunta por Toño, Julio encoge los hombros y niega con la cabeza, se dirige a la cabecera de la mesa, donde ya lo esperan sus amigos, alguno grita: ¡ Julio, pide un deseo! Julio cierra los ojos y piensa en Lorena y desea que nunca encuentren el cadáver de Toño, toma aire y sopla poderosamente, las nueve velitas se apagan y todos los amiguitos de Julio aplauden y gritan, podridos de inocencia...



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