martes, 30 de octubre de 2012

Una gran compañia

     Martín y su hermana han compartido la soltería por muchos años : la enfermedad del padre, el trabajo en el negocio familiar , la apatía, la inercia comodina o sus postergados estudios, fueron los pretextos, Martín parece resignado, Mary en cambio ha buscado afanosamente pareja: fiestas de solteros, amigos o conocidos de sus amigas, además de varias páginas de internet para búsqueda de pareja, sin resultado, pues los candidatos ya no llaman una segunda vez en cuanto la conocen. Martín y Mary comparten la casa y el dinero que su padre les dejó después de casi diez años de discapacidad y enfermedades crónicas, ambos se abocaron a su cuidado todo este tiempo, una vez muerto su padre, se sintieron liberados y dispuestos a recuperar el tiempo de juventud, los muy ilusos...Mary llora por las noches, mientras se masturba sin éxito, ya no es una quinceañera e intuye que no encontrará algún tipo que la tome en serio, Martín la consuela le dice que él la acompañará para siempre, eso suena más a una amenaza que a un consuelo, pero no sabe que más decir, ella lo abraza aferrándose a su cuello, el siente un rayo que lo paraliza, si pudiera plantearle a su hermana, su solución… Mary acepta el plan: se irán de la ciudad, comprarán una nueva casa lejos donde nadie los conozca, se acompañarán, vivirán como esposos, compartiendo la culpa del incesto, único recurso de contacto carnal para ambos, sin recurrir al sexo comprado, que les horroriza.El día de su arribo a su nueva casa entran ambos como pareja en su luna de miel, Martín intenta la cópula, sin éxito, sus ansias y su torpeza son lamentables además los 300 kilos de ambos, dificultan cualquier arrebato carnal, es triste y bochornoso, Martín no logra encenderse ni con una botella de vino, ella coopera,pero es inútil, están negados para el pecado. Por la noche después de rendirse, miran al techo y hablan del día siguiente: el buscará un local para abrir un negocio, ella planea ir de compras quiere preparar una pierna en el horno, paseará al perro y buscará un médico que le pueda cortar las uñas enterradas que ya no alcanza, él le da un beso de buenas noches y ambos empiezan a roncar inmediatamente, como si prendieran una motosierra dentro del cuarto.

 

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